El acoso y el bullying a los niños con discapacidad son una realidad en las escuelas con cifras preocupantes. Según un informe reciente publicado por la UNICEF, la mitad de los estudiantes de entre 13 y 15 años de todo el mundo –más de 150 millones – han sido víctimas de violencia escolar.
En España, el acoso infantil superó los 11.229 casos entre el 2020 y 2021, datos obtenidos por la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, que colocan al país en la lista con mayor índice de violencia entre niños, en Europa.
En este sentido, el despacho de abogados penalistas TQA Abogados trabaja en alternativas para garantizar el derecho al honor y la protección de niños y adolescentes en casos de bullying y/o acoso por discapacidad.
El protagonismo del aislamiento social
La experta en gestión del estrés y secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral, Imma Badía, señaló que los niños tardan, aproximadamente, un año en contar que son víctimas de acoso y, al menos, un 33 % de los infantes con discapacidad se ha sentido aislado, rechazado o excluido.
Asimismo, en una reciente intervención en el Senado, Badía aseguró que los alumnos con discapacidad física son los que más burlas sufren (26,9%), seguido de la discapacidad intelectual o del desarrollo (26,1%), la visual (17,5), la enfermedad mental (15,4%) y la discapacidad auditiva (14,7%).
Otras cifras, menos alentadoras, señalan que el porcentaje de alumnos con discapacidad que sufre acoso en los centros de educación ordinaria supera el 90 por ciento, mientras que en los centros de educación en especial, en los que tendría que haber un control más severo acerca del bullying, alcanza un 3 por ciento.
¿Qué recomiendan los expertos?
Para preparar a los niños ante posibles agresiones que dañen su integridad física o psicológica, los expertos coinciden en que trabajar desde casa la educación emocional y los valores, así como procurar la mayor comunicación y participación de las familias, son las claves para evitar el acoso infantil.
Los abogados penalistas de TQA Abogados añaden algunas herramientas de comunicación prácticas, como mantener la confianza con los niños para que, de esta manera, se sientan cómodos en el momento de contar algún problema que tengan en la escuela, además de mantener la constante observación a los cambios de humor, energía y motivación al logro u otros aspectos como dolencias físicas, entre otros.
Otra recomendación es no contestar a las agresiones, guardar las pruebas de los abusos (en los casos de ciberacoso en redes sociales) y no dudar en denunciar si fuese necesario.
Reforzar la autoestima, ampliar la comunicación y la cercanía con los niños, ayudan a tener herramientas para evitar o enfrentar al acosador. Los valores inculcados en casa y en la escuela son un antídoto para la violencia infantil.
