En la alta cocina española destacan manjares exquisitos como los productos curados de cerdo ibérico. Un jamón procedente de cerdo de raza ibérica, que presenta una alta demanda en España, es el jamón ibérico de bellota.
Torrencinas es una de las empresas que ofrece este delicioso jamón ibérico de carácter artesanal con una calidad insuperable, cuidando cada detalle desde “la cría, la montanera, la nutrición, el sacrificio, los rituales, los tiempos, los ahumados, las temperaturas, la calidad del aire de la Sierra, el secado, la curación… Todo”.
Beneficios del jamón ibérico de bellota
La producción del jamón ibérico de bellota requiere precisión de principio a fin. Para empezar, la base del buen sabor se encuentra en la buena alimentación que recibe el cerdo ibérico durante su crianza, así como sus hábitos. Los animales de Torrencinas se alimentan de bellotas y hierbas naturales. Además, son cerdos que han vivido en la dehesa salmantinas y extremeñas. De este modo, además de alimentarse de forma natural han llevado un ritmo de vida tranquilo, lo cual influye directamente en la calidad del producto final.
Entre los muchos beneficios que aporta consumir este tipo de jamón es que es más rico en ácidos grasos saturados, de modo que es adecuado para evitar el aumento de colesterol en sangre. Esto se debe a que proviene de cerdos ibéricos, que viven en libertad, que caminan mucho, de modo que su cuerpo tiene menos grasa y más musculatura. Por otro lado, posee características parecidas a las del aceite de oliva. De igual forma, es una fuente en vitaminas E, B1, B6, B12 y ácido fólico. Además, posee un alto grado de minerales como el cobre, calcio, hierro, zinc, magnesio, fósforo y selenio.
Por último, el jamón ibérico de bellota es uno de los jamones que aporta menos calorías y contiene menos sal que cualquier otro. Además, la elevada carga proteica que lo caracteriza lo convierte en el sustituto perfecto de la carne roja.
Celebra la nobleza ibérica
Torrencinas, marca perteneciente a la empresa Rodilla & González, está ubicada en Guijuelo. Su equipo está formado por especialistas en carnes frescas y con una amplia experiencia en el sector de los productos ibéricos de bellota, tanto en la curación como en la comercialización y la distribución.
Su modus operandi se basa en el uso de procesos artesanales de producción destinados a la obtención de productos de una calidad óptima, procesos que se prolongan durante 4 y 5 años. De este modo, según afirman desde Torrencinas, se puede garantizar “una experiencia gastrosensorial única para los consumidores”.
Cada detalle y cuidado de la cría, su nutrición, su libertad y la localización donde se desarrolla contribuyen a crear el carácter, perfume, temperatura, textura y sabor único de los productos Torrencinas. Así que probar el jamón ibérico de bellota es vivir una experiencia inimaginable e irrepetible “gracias a la combinación única y perfecta de ingredientes y factores perfeccionados a lo largo de los siglos”.
